Ha esperado el relámpago,
lo ha soñado mil veces
y ahora que lo sorprende
siente un escalofrío rozándole la oreja.
Un café,
como pozo sin alma,
se antoja
y lo bebe con furia.
Allí
en el fondo,
se ve,
tan solo
que se espanta.
miércoles, 7 de julio de 2010
Décimas para Kike
Para Enrique Sabaté,
poeta de fundamento,
que adereza en un momento
un verso o un tentempié.
Cató del Cucalambé
el gusto por la espinela,
para hincarle bien la muela
a esa musa desdeñosa,
que desde entonces retoza
sazonando en su cazuela.
Querido Kike, perdona,
para tu cincuentenario,
este verso que ordinario
mi torpe ingenio razona.
Y es que el alma se abandona
a la pasión que hay en mí,
que brota con frenesí
como en una fértil tierra,
pues mi corazón se aferra
al canto de Naborí.
Tus cincuenta años, amigo,
merecen sabios deberes:
¡Jugar a besar mujeres,
beber cerveza de trigo!
-Más da un libro buen abrigo
a aquel que las letras labra-
Deja que el “Indio” se abra
Desde un mirador profundo,
pues le hace falta a este mundo
el canto de tu palabra.
poeta de fundamento,
que adereza en un momento
un verso o un tentempié.
Cató del Cucalambé
el gusto por la espinela,
para hincarle bien la muela
a esa musa desdeñosa,
que desde entonces retoza
sazonando en su cazuela.
Querido Kike, perdona,
para tu cincuentenario,
este verso que ordinario
mi torpe ingenio razona.
Y es que el alma se abandona
a la pasión que hay en mí,
que brota con frenesí
como en una fértil tierra,
pues mi corazón se aferra
al canto de Naborí.
Tus cincuenta años, amigo,
merecen sabios deberes:
¡Jugar a besar mujeres,
beber cerveza de trigo!
-Más da un libro buen abrigo
a aquel que las letras labra-
Deja que el “Indio” se abra
Desde un mirador profundo,
pues le hace falta a este mundo
el canto de tu palabra.
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